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28 may 2022

El pueblo saharaui sólo pide un día, por Enrique Gómez



El pasado 19 de marzo, nos enteramos por el anuncio en un medio oficial marroquí, del giro de España con respecto del Sáhara Occidental apostando claramente porque este territorio sea una autonomía dentro de Marruecos.
Horas más tarde, el ministro de Asuntos Exteriores, Sr. Albares, faltaba a la verdad al decir que este cambio de postura se había notificado a Argelia. Esta mentira provocó que Argelia retirara a su embajador de Madrid.
Desde entonces mucho se ha hablado de espionaje a miembros del Gobierno de España, y todo parece apuntar a que el cambio de postura del presidente Sánchez sobre el Sáhara, pudiera tener que ver con lo que se pudiera saber a consecuencia de ese espionaje. Ya nadie niega, que éste pudo producirse por un país extranjero. Hay que recordar que Marruecos ya espió a líderes europeos como por ejemplo al presidente Macron.
El presidente del Gobierno se ha quedado solo tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado y, en su viaje a Rabat del pasado abril, no contó con el apoyo de ningún grupo de la Cámara. Ni siquiera con el de su socio de gobierno.
En este contexto, todo el mundo se pregunta: ¿Qué ha provocado este cambio de postura y en este momento? ¿Cuál es la información de la que dispone Marruecos para presionar al presidente del Gobierno? ¿Acaso cree el presidente que va a rebajar la presión de la inmigración ilegal o que Marruecos va a renunciar a Ceuta y Melilla ciudades que considera suyas? ¿Qué motivó el cambio de postura y consumar la “segunda traición” al pueblo saharaui sin siquiera consultar a su socio de gobierno y a la oposición?. Solo hay una respuesta, el chantaje.
No hay legalidad que ampare la decisión del presidente Sánchez. Dice la verdad cuando afirma que la última Resolución del Consejo de Seguridad “toma nota de la propuesta marroquí presentada al Secretario General el 11 de abril de 2007”, pero se le olvida citar lo que dice a continuación y es que “tomando nota también de la propuesta presentada al Secretario General por el Frente POLISARIO el 10 de abril de 2007”, y que la solución debe prever ”la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental”.
En Antena 3, el presidente se refirió al Frente Polisario como un “actor específico” intentando confundir, pues el Frente Polisario, es el representante legítimo del pueblo saharaui. Representante que ha participado en todas las negociaciones de las NNUU y que es una de las partes en el conflicto, como así lo indican en todas las resoluciones la Asamblea de la ONU y el Consejo de Seguridad.
Apostar por una autonomía dentro de Marruecos, es decir la integración en ese país, es dinamitar el derecho internacional. El presidente ha apostado claramente por Marruecos y esta apuesta le inhabilita para formar parte de la solución, de la que como país es responsable, pues cabe recordar que España “de iure” sigue siendo la potencia administradora del territorio.
La solución del conflicto sin duda pasará por el liderazgo de Europa. El Tribunal General de la Unión Europea ya dejó claro en septiembre de 2021, que el Sáhara es un territorio distinto de Marruecos, y que el Frente Polisario es un “tercero” para negociar sobre los recursos del territorio. Así pues parecería que el presidente del Gobierno ha tomado una decisión contraria al espíritu de la UE a sabiendas de lo que dice la Justicia Europea.
Es lamentable que el PSOE haga en 2022 lo mismo que hizo el Gobierno franquista en 1975, al intentar entregar el Sáhara a Marruecos sin contar con los saharauis. No le pedimos al Gobierno de España que reconozca a la RASD, sino que no pisotee el derecho internacional y favorezca la celebración de un referéndum de autodeterminación que se le prometió al pueblo saharaui en el año 1991. Creo, que después de 32 años, el pueblo saharaui se merece 24 horas donde poder votar por su futuro. No olviden que el pueblo saharaui lo lleva esperando 47 años.
Enrique Gómez es miembro de CEAS-Sáhara
Artículo publicado en Heraldo de Aragón el 28 de mayo de 2022